El efecto de la manosa sobre la glucosa en sangre
El efecto de la manosa sobre los niveles de azúcar en sangre es mínimo, e incluso se puede decir que prácticamente no tiene efecto. Esta es una diferencia clave entre esta sustancia y la mayoría de los demás azúcares, como la glucosa.
Aquí hay una explicación detallada:
Diferentes vías metabólicas:
Glucosa: Es la principal fuente de energía del organismo. Se absorbe eficientemente en el intestino (casi el 100%), entra al torrente sanguíneo (eleva el azúcar en sangre) y es captada, utilizada o almacenada por las células con la ayuda de la insulina (como el glucógeno y la grasa).
Manosa: Aunque también es un monosacárido (azúcar de seis carbonos), su vía metabólica en el cuerpo es completamente diferente a la de la glucosa.
Baja tasa de absorción: La eficiencia de absorción intestinal de la manosa es mucho menor que la de la glucosa (aproximadamente sólo el 20% o menos).
No depende de la insulina: después de ser absorbida en el hígado, la mayor parte de la manosa es fosforilada en manosa-6-fosfato por enzimas específicas (principalmente manosa quinasas).
Conversión a fructosa-6-fosfato: la manosa-6-fosfato se convierte posteriormente en fructosa-6-fosfato por acción de la fosfomanosa isomerasa.
Entrada en la vía de la glucólisis: La fructosa-6-fosfato es un producto intermedio en la vía de la glucólisis que puede metabolizarse para producir energía. La clave es que este proceso de conversión omite pasos clave como la glucoquinasa y la glucosa-6-fosfato, y no depende de la acción de la insulina.
No estimula la secreción de insulina:
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Debido a que la manosa en sí no es el principal estimulante de los niveles elevados de glucosa en sangre (una peque?a cantidad entra al torrente sanguíneo y a diferentes vías metabólicas), no estimula significativamente la secreción de insulina por parte de las células beta pancreáticas. Las investigaciones han demostrado que la administración oral de manosa no aumenta significativamente los niveles de glucosa e insulina en sangre.
Evidencia clínica y experimental:
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Un peque?o número de estudios realizados en personas sanas y pacientes con diabetes tipo 2 demostraron que incluso en dosis relativamente altas (como 0,2 g/kg de peso corporal, que equivale a 14 g para una persona de 70 kg), la manosa oral no provocó fluctuaciones significativas en los niveles de glucosa en sangre.
Los experimentos con animales también han demostrado consistentemente que la manosa no aumenta los niveles de azúcar en sangre.
Resuma las razones por las que la manosa tiene un peque?o impacto en el azúcar en sangre:
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Baja tasa de absorción: la mayor parte de la manosa ingerida no se absorbe y es utilizada o excretada directamente por las bacterias intestinales.
Vía metabólica única: La porción absorbida se convierte rápidamente en fructosa-6-fosfato en el hígado a través de una vía independiente de la insulina y entra en la glucólisis, evitando la circulación directa como glucosa en sangre.
Insulina no estimulante: Falta de estimulación efectiva del azúcar en sangre, por lo que no desencadena una secreción significativa de insulina.
Aviso importante:
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Dosis: Las conclusiones anteriores se basan principalmente en dosis suplementarias convencionales (usualmente utilizadas para la salud urinaria, alrededor de 1-2 gramos al día) y algunas dosis de investigación (como 0,2 g/kg). En teoría, dosis extremadamente altas pueden generar diferentes cargas metabólicas, pero no suelen utilizarse para este fin.
Dulzura: La manosa tiene un dulzor similar al de la sacarosa, pero a veces se la menciona como un posible edulcorante de bajo índice glucémico porque no afecta la glucemia y se absorbe menos. Sin embargo, su precio y su sabor (ligeramente amargo) como edulcorante limitan su uso generalizado.
Uso principal: Actualmente, la principal aplicación de la manosa se basa en su capacidad para interferir con la adhesión de bacterias (principalmente Escherichia coli) a las células epiteliales del tracto urinario, para la prevención y el tratamiento de las infecciones del tracto urinario (ITU). Sus propiedades favorables para el control de la glucemia la convierten en una opción relativamente segura para pacientes con diabetes o personas con control de la glucemia que necesitan prevenir infecciones del tracto urinario (por supuesto, deben seguir las indicaciones del médico).
Diferencias individuales y consulta médica: Aunque los mecanismos metabólicos determinan que no afecte la glucemia, puede haber diferencias entre individuos. Si padece diabetes grave u otras enfermedades metabólicas, es recomendable consultar con un médico antes de usar manosa como suplemento.
Conclusión:
La manosa es un azúcar especial que, gracias a su baja tasa de absorción intestinal y a su singular vía metabólica hepática, independiente de la insulina, apenas aumenta los niveles de azúcar en sangre ni estimula la secreción de insulina. Esto la hace mucho más segura que otros azúcares para quienes necesitan controlar la glucemia (como los pacientes con diabetes), especialmente cuando se utiliza para prevenir infecciones del tracto urinario.