La vitamina E es una vitamina liposoluble de color amarillo claro, inodora e insípida, con propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antiinflamatorias, entre otras. Según su estructura molecular, se divide en dos categorías: tocoferoles y tocotrienoles. Cada categoría se divide en cuatro tipos según la posición del metilo en el anillo cromóforo: alfa, beta, gamma y delta [1-2]. Los compuestos relacionados con los tocoferoles, como los tocotrienoles, presentan cierta actividad cuando los sustituyentes son diferentes, pero la actividad de los tocoferoles se reduce significativamente.

Tanto el tocoferol como el tocotrienol tienen fuertes efectos antioxidantes. Debido a la actividad de la proteína de transferencia de alfa tocoferol (alfa TP) y la proteína de unión al tocoferol (TBP) en el cuerpo, el tocoferol se absorbe y utiliza más fácilmente por el cuerpo. Por lo tanto, el alfa tocoferol se considera la principal manifestación de la actividad antioxidante de la vitamina E en el cuerpo. El alfa tocoferol, con una fórmula molecular de C29H50O2 y un peso molecular de 430,5, se divide en dos tipos según su fuente: natural y sintético, denotados como tipo D y tipo L, respectivamente. El alfa tocoferol natural está en la conformación R (RRR), mientras que el alfa tocoferol sintetizado artificialmente está en la conformación RS (RRR, RSR, RRS, RSS, SRR, SSR, SRS, SSS). La conformación está relacionada con su actividad, y los estudios han encontrado que solo el alfa tocoferol con 2R o más puede ser utilizado y absorbido por el cuerpo. Por lo tanto, el alfa tocoferol natural tiene un mayor valor nutricional y es más seguro que el alfa tocoferol sintetizado artificialmente.